¡¡Pues va a ser que sí!!, que se va demoler esa segunda planta construida de "aquella manera" en el Restaurante COSTA VERDE de Villadesuso en el término municipal de Oia (Pontevedra), amparándose en una licencia de obra menor para "reparación tejado"... ¡Y vaya reparación que se pretendía!.
Por otra parte, práctica habitual y, en la mayoría de los casos, con la permisividad de los alcaldes, que hacen la vista gorda, a pesar de tener conocimiento de la infracción por las denuncias presentadas, aunque, cuando aparecen problemas -entiéndase denuncias-, son los primeros que se "esfuman" y dejan a los promotores "colgados" y sin los apoyos prometidos, siempre de "boquilla", claro. El "parroquiano" sigue cayendo en el mismo error... creérles y sin que exista "papel" alguno de esa permisividad ofrecida. Por tanto, se convierten en meros cómplices... y finalmente, únicos perjudicados. De ahí sale la tan manoseada frase, de "perjudicados de buena fe". Ya, ya.
En este caso, y según se comenta en el entorno de municipio de Oia, -¡cuando el río suena, agua lleva!-, el mandamás municipal había ordenado paralizar los trabajos de demolición... porque se lo iba de solucionar con el nuevo PGOU de Oia... ¡tarde piaches, amigo!, porque, al ritmo que se trabaja, urbanísticamente hablando, en esta localidad ya me dirán cuando tendrá esa aprobación definita... y más si lo que se pretende es sacar adelante un PGOU, que sirve de "levado" de las innumerables falcatruadas que se han estado permitiendo -incluso en algunos casos, apoyándolas-, de manera grosera y hasta residenciando presuntos delitos tipificados en nuestro Código Penal.
Y como se suele decir, estamos empezando con las ilegalidad existentes -sin posibilidad alguna de legalizar-, y que hay que demoler... Pero el acto de reponer la legalidad, conlleva además el preceptivo expediente sancionador. ¿Se le habrá incoado a este promotor?. Ya veremos, porque de lo contrario estaríamos ante un problema de erario público. De momento, ya han comenzado con los trabajos de reposición de la legalidad urbanística vulnerada, en ese término municipal de Oia (Pontevedra), cuando, según frase del mandamás, ¡nunca se tiraría nada!. Pues al parecer ¡va, ser que sí!. Por algo se empieza, y ese día de inflexión a comenzado...
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