Así se protege el Patrimonio Histórico y Cultural de Galicia... y por ende Español. Y lo que es peor. No se le atisban soluciones inmediatas a esa dejación municipal y por supuesto de la Consellería responsable de proteger el Patrimonio Gallego. Es de vergüenza -aunque los responsables de esa dejadez no la tienen-, que pasen los años y sigamos -está a la vista-, viendo el estado deplorable que presenta el hermoso Monasterio de Sta. Mª la Real de Oia, incluido en el catálogo de Bien de Interés Cultural, -conocido por sus monjes artilleros, por su eficacia como batería de costa-, perteneciente al Siglo XI.
Promesas muchas, cantidad digamos, pero hechos ninguno, porque, aparte de esa limpieza y rehabilitación del campanario -por cierto bien hecha-, lo realizado en las cubiertas semiderruidas, es para nota... NEGATIVA CLARO. ¿Desde cuando se permite esos "pastiches" realizados en ellas?, porque no cabe la menor duda que el efecto es denigrante. ¡De sonrojo digamos!. Incluso, se han permitido editar ya libros sobre Monasterios, en los que esas "reparaciones" -made in spain-, aparecen con "gran resplandor". De pena. ¿Es eso lo que quieren nuestros gobernantes locales, autonómicos y estatales?. ¿Harían lo mismo en cualquier BIC ubicado en cualquier otra comunidad autónoma española?. ¡Lo dudamos!, porque es bien patente la diferencia existente entre la restauración y el mantenimiento llevo a cabo en cualquier parte del Estado español, con lo que normalmente se hace en nuestra Galicia. La pena, es que el tiempo pasa poco a poco, y esta hermosa joya que tenemos y podemos admirar -de aquella manera-, en Sta. Mª de Oia -posiblemente única-, se deteriora más y más... posiblemente esperando que la "esperada" especulación aterrice en el lugar -la crisis frenó la presión-, y así poder hacer lo que siempre han querido hacer, masificar todo su entorno, y edificarlo, según dicen, para poder llevar a cabo la rehabilitación del Cenobio -¿qué tendrá que ver una cosa con la otra?-, cuando en otros rincones de españa, se saca dinero de donde no lo hay para rehabilitar y poner en valor cualquier monumento en estado de abandono, que comparado con éste nada tienen que ver. Y el Alcalde de Oia, ¿qué hace?. Pues nada. Está sentado -no sabemos si fumando- y esperando... como la canción.
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